mayo 9, 2024

En esta oportunidad me pongo al día compartiendo un comentario sobre un tema complejo: La pandemia y el paradigma de la desinformación, motivado por lo anunciado hace un par de semanas (enero del 2024) en Davos (ciudad de Suiza) donde se realizó la reunión anual público privada que considera a los líderes políticos y empresariales de talla mundial, convocados todos por el llamado del FEM -Foro Económico Mundial o WEF en Ingles- oportunidad en la que dichos líderes discuten las tendencias globales en temas relacionados con la sociedad, economía, entre otros temas como la coyuntura sanitaria, y referente a esta última rescato las advertencias que se proyectaron al mundo, que dice: “A prepararse para una nueva enfermedad llamada X”. Estos son hechos, y creo en que no hay que verlos a la ligera, no olvidar el Evento 201 realizado el año 2019, en el que se realizó un simulacro de una pandemia ficticia con 65 millones de muertes que coincidentemente a inicios del siguiente año 2020 se desató la tragedia del COVID-19.

Volviendo la mirada a Chile con la experiencia que cada uno vivió en carne propia el paso del corona virus con encierros, mascarillas, vacunas, pase de movilidad, y todo el desastre que eso significó para las vidas y la economía de las personas simples, pero también hay que decirlo, importantes ganancias para un nicho específico, por ejemplo: El de las farmacéuticas con contratos entre ellos y los gobiernos, que dicho sea de paso, contratos que aún están en pugna en la unión europea por clausulas de no hacerse públicos ciertos datos como los efectos adversos de las vacunas, o posible evidencia de un mercado monopólico para mantener ventajas, situación que también ocurre en nuestro país. Dado lo anterior, me animo a pensar y escribir en no olvidar algunas lecciones aprendidas, porque: El pueblo con mala memoria, esta condenado a repetir los mismos errores, y en Chile se publicaron dos leyes que muy poco se han difundido como desearía cualquier cristiano, dos leyes que si fuésemos conscientes de ellas nos permitirían tomar decisiones con mejor conocimiento de causa.

El 16 de febrero del 2022 se publica en el diario oficial la ley 21.422: Que prohíbe la discriminación laboral frente a mutaciones o alteraciones de material genético. El artículo primero nos dice que: Ningún empleador podrá condicionar la contratación de trabajadores, su permanencia o la renovación de su contrato, o la promoción o movilidad en su empleo, a la ausencia de mutaciones o alteraciones en su genoma que causen una predisposición o un alto riesgo a una patología que pueda llegar a manifestarse durante el transcurso de la relación laboral, ni exigir para dichos fines certificado o examen alguno que permita verificar que el trabajador no posee en su genoma humano mutaciones o alteraciones de material genético que puedan derivar en el desarrollo o manifestarse en una enfermedad o anomalía física o psíquica en el futuro.

Dada esta curiosa ley -por decir lo menos- en plena pandemia, era (es) preciso saber por medios oficiales los efectos adversos que pueden producir las vacunas con contenido genético del tipo ARNm, que es lo que se estaba inoculando contra el COVID.

Luego el 10 de marzo de 2022 se publica en el diario oficial de Chile la RESOLUCIÓN que aprueba el documento «ESAVI SERIO: MIOCARDITIS Y/O PERICARDITIS». Donde el considerando N°9 informa que: Desde abril del 2021, se han reportado a nivel mundial casos de miocarditis, pericarditis y miopericarditis, posteriores a la inmunización con vacunas que utilizan la plataforma ARNm, como lo son la vacuna del laboratorio Pfizer-BioNTech (Comirnaty) y del laboratorio Moderna (Spikevax).

Que yo recuerde esta última situación tampoco fue debidamente difundida por los medios oficiales a la población una vez publicada, pero sí en medios informativos no oficiales en internet, que encendían las alarmas oportunamente con casos y registros audiovisuales. Ahora nos damos cuenta de lo valioso de la libre expresión, porque en pandemia resulto que profesionales e independientes no oficiales ya venían informando lo que luego no se publicó o tibiamente como oficial. Claro esta que para informarse en medios alternativos es muy necesario un alto grado de discernimiento, porque existe la probabilidad de NO hallar lo que se busca, o efectivamente encontrar relatos que ofrecen al lector un panorama general más preciso de la contingencia.

Video de conferencia del Dr. David Martin, Traducción del equipo en español de kla.tv

Por último volviendo al foro de Davos en Suiza, y con relación a lo descrito anteriormente, este año en el FEM han acuñado el muy bonito eslogan «Reconstruir la confianza», y para ello proponen el control de la información, algo así como “La comisión contra desinformación propuesta por el actual Gobierno de Chile”, pero ahora con esteroides con el apoyo del FEM a nivel mundial que a su vez esta fuertemente ligado con la ONU. En conclusión: Occidente va camino al mayor ejercicio de censura desde la edad media, a una especie de oscurantismo tecnocrático, junto a la nueva amenaza de la enfermedad X, donde sólo una versión de lo que ocurre será permitida. Entonces vale hacernos la paradójica pregunta ¿De esta forma se pretende reconstruir la confianza?.

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